miércoles, 23 de mayo de 2012

Quiero un novio. Un novio que me quiera, que me entienda y que le entienda, o no, que no me entienda, y que cuando no lo haga se ria de mi, que me haga enfadar y me saque la lengua, pero luego para darme un beso de esos que me gustan tanto. Que me necesite y yo le necesite a él, pero no que me necesito los fines de semana para echar la tarde, no, que me necesite de lunes a viernes y de enero a diciembre, que me necesite cuando no me este dando un abrazo. Que sepa lo que me pasa, y que no me diga, ya se solucionará todo, porque eso me lo dicen muchos, si no que me de un beso en la frente y me diga "no seas tonta, que me tienes a mi" y sobretodo que sepa hacerme olvidar las cosas malas cuando estoy con él, cuando le veo sonreír, que pueda conseguir que me olvide de todo el mundo menos de su sonrisa. Quiero un novio que no tenga prisa por nada, solo porque llegue el momento de volver a verme, que este bien conmigo, y mal, y triste, y feliz, pero que este conmigo. Que sepa cuando llamarme y preguntarme que que tal mi otro novio, que me tire horas hablando con el al teléfono, y aunque no diga nada tiene que saber que decirme para alegrarme el día. Que este dispuesto a discutir a gritarme todos mis defectos a la cara, pero que luego llegue y me haga sonreír, y este dispuesto a arreglarlo, y a volver a empezar. Quiero que sea él, que se de cuenta de lo que hace mal y que lo arregle, pero que no cambie ninguno de sus defectos porque si no no sería el. Que me recuerde cuanto me quiere, y que tenga mil de detalles conmigo. Que de vez en cuando pase de mi solo para darme cuenta de que lo necesito a mi lado y entonces, decírselo. Y sobretodo, que no se vaya con la primera que se le cruce. Que me ponga a mí por delante del mundo.

martes, 15 de mayo de 2012

Le gustaban las chicas muy delgadas. Esas que llevan vestidos cortísimos y pantalones rotos, tacones y las uñas cada día de un color. Risueñas y algo más bajitas que él. Morenas, delgadas, pequeñitas, alegres. Como tú, me dijo. Cómo yo... A mí me gustaban los chicos muy guapos. Rebeldes, morenos y de manos suaves. De esos que llevan los pantalones muy caídos y enseñan los calzoncillos de colores.Como tú, le dije. Cómo él…
+Si olvidas nuestros besos, ¿sabes qué? Que siempre te puedo dar otro.
-¿Y qué? También se me va a olvidar.
+Pues te daría otro, y siempre que se te olvidara, te volvería a dar otro más. Y así, cada vez que nos acariciáramos o hiciéramos el amor sería como la primera vez.